octubre 22, 2012

Mujeres kollas: es difícil ser reinas en un mundo de gusanos capitalistas

Por Silvia Amarayo, militante kolla del PTS


La Quiaca, ciudad jujeña fronteriza a Bolivia, se encuentra conmocionada, es que Gloria y Antonella, dos adolescentes, desaparecieron cuando en su colegio se estaba festejando la fiesta del estudiante. Este festejo es uno de los más importantes en la provincia de Jujuy, realizándose desfiles de carrozas y elecciones de reinas. La reina provincial históricamente ha sido elegida entre jovencitas blancas provenientes de importantes familias de clase media y alta del valle jujeño. Gloria y Antonella quizás en algún momento soñaron con ser reinas, pero la realidad que el capitalismo impone a las jóvenes kollas de sectores trabajadores y populares es muy diferente a esa fantasía de coronas de filigrana y mantos de paño. Es que es difícil ser reinas en un mundo de gusanos capitalistas.
A pesar de su desaparición se realizaron los desfiles en La Quiaca, este año las carrozas debían llevar un moño negro en señal de luto por este hecho y por el suicidio de una pareja de estudiantes secundarios. Mientras esperamos que comience el desfile, María, la maestra de primaria de una de ellas, la recuerda como una niña que debía cumplir “obligaciones de grande” en su casa, lo que la llevó a repetir distintos grados y expresa su deseo de que se haya ido voluntariamente, escapando de esa vida. Esa vida común a muchas mujeres de la puna, golpeadas por el capitalismo, por ser mujeres, por pertenecer a un pueblo oprimido, por ser de sectores trabajadores y populares. Mujeres kollas que al ingresar a la escuela enfrentamos el desprecio de la cultura dominante hacia nuestra propia cultura, que sufrimos el desarraigo, la soledad y la discriminación al trasladarnos a pueblos y ciudades para poder estudiar o trabajar, que somos explotadas como obreras rurales al “bajar a la cosecha” con nuestras familias, que nuestro cuerpo y nuestra cara son menospreciados por no responder al estereotipo de belleza blanco y occidental impuesto por los medios, que somos mayoría entre las trabajadoras desocupadas y las precarizadas, que si decidimos abortar debemos hacerlo de manera clandestina poniendo en riesgo nuestras vidas, que enfrentamos al estado y a las mineras que expropian y contaminan nuestro territorio.
Gloria y Antonella … desaparecidas hace tres semanas, la justicia y la policía, a pesar del reiterado pedido de las familias de que se lo caratule como trata de personas, investigaron su caso como “fuga de hogar” realizando allanamientos en casas de conocidos de las chicas mientras tanto el tiempo pasaba. En las radios se escuchan reclamos de mayor seguridad, paradójicamente, en La Quiaca por ser zona de frontera se concentran la policía provincial, la federal, la infantería, la gendarmería, es claro que estas fuerzas están orientadas principalmente a reprimir las luchas, como lo hicieron en 2007 cuando desalojaron la municipalidad tomada por trabajadores desocupados, mientras tanto encubren los negocios millonarios que involucran el tráfico de drogas y personas, y “legitiman” su presencia maltratando y humillando a los que transitamos por las rutas de la zona, sustrayendo pequeñas cantidades de hojas de coca, frutas y vegetales. También la iglesia tomo posición a través de Jesús Olmedo, referente de esta institución que en la puna impuso a generaciones de mujeres el modelo de la abnegación y la sumisión, quien declaró públicamente que para él no era un caso de trata y llamó a orar por su aparición. Las familias recientemente denunciaron que desde la municipalidad a cargo de un intendente K se las presionó para que no saquen los ”trapitos sucios” de las mafias del poder.
A pesar de las maniobras del gobierno, la justicia, la policía y la iglesia, se realizan marchas exigiendo la aparición de las estudiantes y de Ariel Llampa, joven desaparecido también hace casi un año. Para conseguirlo, es necesario confiar en nuestras propias fuerzas y profundizar el camino de la movilizaciòn avanzando en la coordinación de familiares, estudiantes, docentes y organizaciones sociales. Las mujeres y hombres de la puna históricamente nos hemos levantado enfrentado la adversidad y protagonizando luchas por nuestros derechos territoriales, sindicales, por mejores condiciones de vida. Con la consolidación y el avance del capitalismo en estas tierras las formas de violencia hacia nosotras, las mujeres, se han profundizado, por ello es preciso destruir de raíz este mundo de gusanxs capitalistas uniendo fuerzas con todxs lxs oprimidxs y explotadxs, no para ser reinas, sino dueñas de nuestro destino.

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